Desarrollar la empatía ayuda a prevenir la violencia sexual.

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La violencia sexual se puede evitar en un 100%, y todos pueden contribuir con esa prevención.

La empatía y la preocupación por la manera en que las acciones propias afectan a los demás es un factor de protección necesario contra la violencia sexual, es decir, algo que hace que la violencia sexual sea menos probable. La empatía significa comprender y ser capaz de relacionarse con los sentimientos o las experiencias de otra persona. Cuando practicamos la empatía, tratamos de ver las cosas desde el punto de vista de otra persona e imaginar cómo se siente. Las personas empáticas se preocupan por la manera en que sus propias acciones afectan a los demás.

A medida que trabajamos para prevenir la violencia sexual, podemos comenzar por construir nuestra propia empatía y dar el ejemplo a los demás sobre cómo ser miembros amables, compasivos y considerados de la comunidad. Las siguientes son tres maneras simples de desarrollar una mayor empatía en su vida diaria:

1. ESCUCHAR Y APRENDER

Una de las mejores maneras de cultivar la empatía es simplemente escuchar cuando sus amigos, compañeros de trabajo, compañeros y miembros de su familia se abren ante usted. Cuando nos reservamos el juicio y hacemos preguntas en lugar de responder con nuestras propias opiniones, podemos aprender más sobre los puntos de vista de quienes nos rodean.

2. EXPLORAR NUEVAS PERSPECTIVAS

Examine los libros en sus estantes, los podcasts que escucha y las películas que mira. ¿Existen maneras de incluir una gama más diversa de voces en los medios que consume? Cuando leemos y escuchamos a aquellos que parecen diferentes a nosotros, incluso personajes en historias de ficción, podemos ser más empáticos a medida que identificamos lo que tenemos en común con personas de diferentes procedencias.

3. RESPONDER CON COMPASIÓN

Cuando discutimos con otros, puede ser fácil quedar atrapado en nuestras emociones. La próxima vez que no esté de acuerdo con un compañero de trabajo, amigo o un integrante de su familia, tómese un momento para pensar de dónde vienen. Centrarnos en lo que otros podrían sentir o pensar en ese momento puede ayudarnos a desarrollar empatía y encontrar soluciones pacíficas al conflicto.

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